El terciopelo, originario del Lejano Oriente, se convirtió en un arte hacia principios del siglo XIV. Es una tela suave, perfecta para encajar en los trajes oficiales y las prendas lujosas de épocas medievales. Se trata de un tipo de tela peluda en la que los hilos se distribuyen de manera muy uniforme, proporcionando suavidad. El terciopelo más valioso está hecho de seda, aunque también se utiliza de algodón, terciopelos sintéticos como el poliéster, viscosa, acetato, o bien mezclados con fibras sintéticas y naturales. A la hora de limpiarlo, se recomienda la limpieza en seco debido a su dificultad para mojarse. Utilizado por diseñadores como Dior, Valentino, Chanel para la Alta Costura, ha hecho que aparezca en colecciones con gran fuerza.

Es el tejido más elegante y sensual a la vez, y nunca pasa desapercibido. Puede ser usado tanto de día como de noche. El terciopelo requiere de mucho cuidado, ya que de lo contrario envejece rápidamente. Si es de buena calidad, su precio puede ser elevado, y si no lo es, puede no ser una buena idea, ya que se desgasta fácilmente. Los colores del terciopelo por excelencia son el granate, negro, azul o verde, aunque hay otras opciones más llamativas como el turquesa o el rojo.

Pantalones anchos, vestidos cortos o largos tipo princesa, corte A, entallados o slipdress, tops, abrigos, bodies para mujeres, y para los hombres, blazer con pantalones a conjunto, camisas, chaquetas, esmoquin, pueden dar un toque vintage, para alejarse del clásico look de traje y corbata, aunque se debe saber utilizar correctamente para que la combinación sea un éxito. Prohibido usar pajarita, si se quiere utilizar, que sea corbata, y de un diseño sobrio sin adornos. Complementos como botas, zapatos, sandalias o bolsos. Diferentes opciones de un tejido que tiene la particularidad de dar una visión elegante y sofisticada, como el trono, que es un trozo de madera cubierto de terciopelo.

El terciopelo, donde el glamour y la comodidad se encuentran

 

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